Muerte de Balmaceda.

El Presidente Balmaceda había ido a asilarse en la Legación Argentina. Desde allí pudo presenciar la apoteosis de sus adversarios y las manifestaciones de ira y de venganza contra su persona y sus amigos. Nervioso y desasosegado, aguardó en su encierro el día en que debía terminar el período para que había sido electo presidente. Podía haber puesto entre él y sus vencedores la cordillera de los Andes; en la Argentina habría hallado asilo, como lo tenían ya muchos de sus partidarios; pero consideró indigna la fuga. Por un momento pensó entregarse a sus enemigos y esperar la hora de defenderse, pero temió no ser respetado por los que deberían juzgarlo. Entonces se formó una resolución suprema e irrevocable: el suicidio. Llegado el día 18 de septiembre de 1891, término legal de su período, escribió varias cartas a personas de su familia y de su más íntima amistad. Escribió también una especie de ma­nifiesto o testamento político, en que explicaba y trataba de justificar sus actos. Al otro día se levantó temprano, se vistió de riguroso negro y, tendido sobre su cama, tomó el revólver, aplicó el cañón a la sien derecha y se disparó un tiro que le quitó la vida instantáneamente.

Video sobre su muerte:

https://www.youtube.com/watch?v=gODaLqaemb8