Luchas tecnológicas.

En 1873 se rompió la fusión Liberal–Conservadora, al excluir del poder al Partido Conservador. Ello se explica por las llamadas luchas teológicas, las cuales fueron la eliminación del "fuero eclesiástico"; es decir, el derecho que tenía el clero de ser juzgado por tribunales propios; la "laicización de los cementerios", mejor dicho, ahora pueden ser inhumados en ellos los cuerpos pertenecientes a cualquier religión; el "matrimonio civil" o la celebración del matrimonio frente a funcionarios públicos dependientes del Estado, dejando en libertad a los esponsales para celebrarlo religiosamente, y, por último, la "separación de la Iglesia y el Estado".

La lucha política se transformó en lucha religiosa, y el Partido Conservador se convirtió en eclesiástico o "ultramontano", frente al Radical o "rojo" como se le designó también.